Viajé, volé, conocí, disfruté, extrañé, descubrí, medité y decidí. Hice tantas cosas en un viaje al que no le tenia tanta fé! Me di cuenta de lo parecida que puedo ser a mi padre, y a la vez, lo diferentes que somos. Paseamos por todos lados sin parar, le costó incluso seguirme el ritmo, pero al final, lo pasamos bien.
Fué en este viaje que comprendí lo afortunada que soy. Tengo un hogar lleno de amor, repleto de risas y buenos momentos. Extrañé como nunca mi casa, mi cama, a mi familia y a mis mascotas, pero logré descubrir cosas que me tenían dudosa desde hace mucho.
Pude darme cuenta de que, muchas veces, las cosas no son como queremos, pero debemos aprender a valorarlas tal y como son. Hay personas que entregan lo que pueden de maneras muy particulares, y es eso lo que debemos apreciar, valorar, respetar y aprender a querer. Conocí gente linda, bailé, disfruté del mar, hice bodyboard (en realidad traté xD) y lo pase increíble! Pero necesitaba volver. Retornar a mi lugar de origen, con los míos.
Estos viajes son de esos que uno debe disfrutar a concho, pero no repetirlos muy seguido porque perderían el sentido. Pasar un tiempo con mi padre fue algo que no dejaré de agradecer, junto con su cariño y sus atenciones, pero yo soy de otro ambiente, algo mas espontáneo, y eso es lo que tengo aquí, en Santiago City.
Iquique es bellísimo! Con gente bastante particular, paisajes únicos y harto carrete! Pero mi Santiago querido, no te cambio por nada! Ni a tí, ni a mi gente querida :)
No hay comentarios:
Publicar un comentario